El viento y la lluvia despiertan al otoño e inauguran la temporada de frío

Por si alguien no se había dado cuenta hasta ayer, el otoño ha llegado. El tardío verano que irrumpió en la ciudad en los meses de septiembre y, en mayor medida, la primera quincena de octubre, ha quedado atrás para dejar paso a la vuelta a la normalidad. Es decir, que la última semana de este mes tendrá un clima acorde con lo que se esperaba: bajada de temperaturas, precipitaciones y viento. O mucho viento, como el que se encontraron los coruñeses al despertarse en la jornada de ayer.
Y es que el día comenzó con nubes, sí, pero que apenas amenazaban a primera hora. Lo que de verdad arreciaba eran las fuertes rachas de viento que superaban en ocasiones los 80 kilómetros por hora. La alerta naranja de la que avisaba el Ayuntamiento –ante el aviso del servicio de emergencias 112– en la previa cumplió los pronósticos y el vendaval era notable.
No llovió sin embargo hasta el mediodía, pero cuando empezó apenas paró en las horas siguientes, dejando incluso momentos que ya no se recordaban en la ciudad tras las últimas semanas de buen tiempo que llevaron a las playas coruñesas a mucha gente este mismo mes.

Desde el Cuerpo de Bomberos de A Coruña informaron de que tuvieron un día agitado en cuanto a salidas para atender diferentes llamadas por incidencias varias.
De este modo, desde por la mañana ya se estaban desplazando para reparar algunos desperfectos como la caída de un andamio en el patio interior de un edificio en la calle de San Lucas, el desprendimiento de revestimientos de una fachada en la calle de Vizcaya o la caída de una lona en la Fundación Barrié de la Maza, en los Cantones.
Asimismo, debieron retirar una valle de obra que había caído en una zona transitada por vehículos en Cardenal Cisneros o realizar el saneamiento de una fachada en la calle de Herrerías donde cayeron algunos trozos.
Y lo que queda ya es más de lo mismo e incluso peor. O más que peor, más normal para la época del año en la que estamos, ya que, sin ir más lejos, el próximo domingo se cambiará la hora para adaptarse al horario invernal, lo que hará que los días sean más cortos y anochezca antes.
A partir de ahora, la estampa otoñal que se pudo ver ayer en distintos puntos de la ciudad, con hojas caídas, la lluvia intermitente y en ocasiones intensa y el viento que impide llevar erguido un paraguas, será una constante.